Graham Henry lo anticipó y no se equivocó: un equipo de All Blacks herido siempre responde. Tras caer en su último cruce ante los Springboks, Nueva Zelanda se reencontró con su mejor versión y derrotó por 24-17 al campeón del mundo en Eden Park, en un duelo cargado de historia, intensidad física y emociones que lo convirtieron en un verdadero clásico del rugby internacional.

Con este triunfo, los hombres de negro cortaron una racha de cuatro derrotas consecutivas ante Sudáfrica y se subieron a la cima del Rugby Championship con 10 unidades, luego de tres fechas disputadas.
EL FORTÍN INEXPUGNABLE DEL EDEN PARK
El escenario tenía un peso extra: desde 1994 los All Blacks no pierden en Auckland, acumulando ya 51 partidos invictos en ese estadio mítico. “Ha pasado mucho tiempo del Eden Park, hagámoslo ahí”, había dicho Scott Robertson, entrenador de Nueva Zelanda, al elegir la sede para recibir a los Springboks tras 12 años sin enfrentarlos en esa ciudad. La apuesta le salió redonda.

PRIMER TIEMPO A PURA EFICACIA
El inicio fue un golpe directo a la mandíbula sudafricana: Beauden Barrett fue el arquitecto de dos jugadas brillantes que terminaron en tries de Emoni Narawa y Will Jordan para un 14-0 fulminante. Los Springboks, erráticos y desconcertados, recién encontraron aire en el complemento con las conquistas de Malcolm Marx y Cobus Reinach.
Pero la respuesta local no tardó: Quinn Tupaea apoyó el try que dio tranquilidad, y entre la defensa férrea de Rieko Ioane (salvando una jugada de try) y el liderazgo de Ardie Savea en su test número 100, Nueva Zelanda sostuvo la ventaja hasta el final.
UN CAPITÁN CENTENARIO Y EMOCIONADO
El momento más emotivo llegó cuando Savea, símbolo de este equipo, celebró con alma y corazón una pesca clave en el segundo tiempo. “Cada vez que jugamos en Nueva Zelanda, jugamos para nuestra gente”, dijo emocionado tras recibir el reconocimiento del público y de sus compañeros en una jornada inolvidable.
LO QUE VIENE
La revancha no tardará en llegar: el próximo sábado, en Wellington, los All Blacks volverán a enfrentar a los Springboks en un partido que promete otra batalla de alto voltaje. Nueva Zelanda buscará demostrar que su recuperación no es solo cosa del Eden Park, mientras que Sudáfrica intentará ajustar errores y recuperar terreno en el torneo.