EDUARDO COSTAS: AL RUGBY SE JUEGA CON EL CORAZON

Al rugby se lo juega sintiéndolo en el corazón

Por: Eduardo Costas

El rugby, ese deporte que trasciende las líneas de un campo, es mucho más que un simple juego. Es una filosofía de vida, una emoción que se siente en cada pase, en cada tackle y en cada try. Quienes hemos tenido la fortuna de experimentar la intensidad de un partido, sabemos que en el rugby no solo se juega con el cuerpo; se juega con el corazón.

Desde el momento en que el silbato suena y la ovalada empieza a rodar, el alma de cada jugador se entrelaza con la de sus compañeros y con la de los rivales. En el rugby, la victoria y la derrota son efímeras, pero el espíritu de camaradería y respeto perdura. Cada acción en el campo está cargada de significado; cada esfuerzo se convierte en un testimonio de la dedicación y el sacrificio. Aquí, el triunfo no se mide solo en puntos, sino en la entrega y la pasión con la que se vive cada instante.

El rugby nos enseña lecciones valiosas que van más allá del deporte. Nos muestra la importancia del trabajo en equipo, el valor de la resiliencia y la necesidad de levantarse después de cada caída. En cada ruck, en cada maul, en cada jugada estratégica, se revela una verdad universal: la unión hace la fuerza. Y es en esos momentos de lucha compartida, donde se forjan lazos que perduran, amistades que trascienden el tiempo y el espacio.

Pero el rugby también es un refugio emocional. En cada partido, se encuentran historias de superación personal y de comunidad. Jugadores que han enfrentado adversidades y que, a través del rugby, han encontrado un sentido de pertenencia. En cada club, en cada equipo, hay relatos de vidas transformadas, de corazones que han encontrado su lugar en el mundo a través de la pasión por este deporte.

Es vital recordar que el rugby no se juega solo en el cancha, sino que también se vive en las tribunas, donde los hinchas, con su fervor y apoyo incondicional, alimentan el fuego de la pasión. La emoción de ver a un equipo luchar por cada metro, de sentir el palpitar del corazón colectivo, es una experiencia que une a personas de diferentes orígenes, culturas y creencias. El rugby es un lenguaje universal que habla de esfuerzo, de alegría, de lágrimas y de celebración.

Por todo esto, al rugby se lo juega sintiéndolo en el corazón. Es un llamado a todos los que llevamos este deporte en el alma, a recordar que cada partido es una oportunidad para vivir intensamente, para dar lo mejor de nosotros mismos y para crear recuerdos imborrables. Jugar al rugby es un acto de amor, no solo hacia el deporte, sino hacia todos aquellos que comparten esta hermosa travesía.

Así que, cuando te pongas la camiseta, no solo te vistas para competir; hazlo para sentir. Siente la historia que llevas contigo, el legado de quienes han jugado antes que tú y la promesa de lo que el rugby seguirá siendo en el futuro. Porque, al final del día, el rugby se juega con el corazón, y es ese mismo corazón el que nos une en esta maravillosa comunidad.